10 feb 2012

Capítulo 3 - "Alza las manos si te gusta Cafayate..oh oh"

Llegamos tipo 20:30 hs. LLeno de gente, justo había un fiesta regional y teníamos miedo de no conseguir lugar que siendo 6 era todavía más difícil.
Fuimos derecho al hostel que la Limona ya conocía y nos lo había super recomendado, "Casa de Huéspedes" (los pueden buscar por facebook). A nosotros nos encanto, altamente recomendable, buen lugar, gente muy amable, te hacen sentir como en tu casa, nosotros nos sentíamos así, no nos queríamos ir. Y si, tenían lugar para nosotros. Nos ubicamos en las piezas y nos tiramos en el patio a tomar unas birras, nos bañamos y salimos a buscar donde comer. Encontramos una parrilla, "Parrillada para 2 x $60" dejenme decirles, que realmente, lo barato sale caro. Era una vergüenza que llamen a eso parrilla, pero bue... Para sacarnos el mal trago, nos fuimos a la plaza, y cuando pasamos por un bar en el que estaba sonando Divididos decidimos que ese era el bar para ir a tomar algo jajaja. Daikiri, Fernet, cerveza y después a dormir, que al otro día nos esperaban las ruinas de Quilmes y la Quebrada de las Conchas.
Nos levantamos relativamente temprano,como veníamos haciendo pero el desayunar y hacer fiaca nos hacia arrancar tarde.
Yo me había levantado más temprano, para preguntar horarios para hacer las dos excursiones (Ruinas y Quebrada) pero no llegábamos, creímos que no íbamos a llegar a hacerlas en el día pero sí, llegamos.
Veníamos con mucha suerte.
Conseguimos una Kangoo, que nos llevó a los 6. Omar, el chofer, un genio, nos llevó a las Ruinas de Quilmes y después a la Quebrada de las Conchas.

Las Ruinas son, tan imponentes, impresionante por mas que estén reconstruidas. Si te pones a pensar todo lo que fue eso, todo lo que pasó...todo.Es tan difícil imaginarse todo lo que habrán vivido ahí, no lo podes creer. Para mí fue el principio de un gran sueño. Y realmente es un recorrido que vale la pena hacer, conocer y sobre todo pensar. Yo diría que es obligatorio visitarlo.
La Quebrada es un sueño natural, tiene algo que hace que te den ganas de quedarte ahí, y si estas cuando cae el sol, parece una pintura. Los colores y la inmensidad te hace notar la hormiguita que somos. Es hermoso, parecería un sueño, lo que se ve es imposible de creer, el sol no solo ilumina la Quebrada, sino a uno mismo.
Cuando volvíamos nos agarró una lluvia buenisima para mí fue como el broche de oro. Es mas yo quería que empiece a llover cuando estábamos en la Quebrada pero se retraso un poco. Desde el auto veíamos como estaba el cielo negro sobre Cafayate y todos los rayos. Muy bueno.
A la noche comimos las pizzas y empanadas que hace Daniela, una de las encargadas del hostel. Comimos ahí, en el comedor y se termino armando una gran mesa, con cerveza, fernet, otros de los huéspedes, la gente del hostel y nosotros. Esa noche conocimos a las chicas y a Grillo.
Después de un raaaato largo, comiendo, tomando, guitarreando, jodiendo, riendo, sobre todo de las boludeses que hacían los bepis, y teniendo varios datos que nos paso el Grillo, con una buena ruta, data de horarios, precios y lugares para visitar, nos fuimos al río, que estaba ahí a 2 cuadras, a seguir la joda, con Grillo, los bepis y las chicas, de 6 pasamos a ser 10. Seguimos guitarreando, cosa que no podía faltar. Noche fresca, pero ideal, viendo como salia la luna detrás de los cerros, hermosisimo y pidiendo deseos a las muchas estrellas fugaces que vimos, o tal vez eran misiles jajajaja. Noche perfecta.
Al otro día, tratando de arrancar temprano, como siempre...tratamos. Pero para para variar, nos falló, nos tocaba ir al Río Colorado a ver las 3 o 7 cascadas, nunca se pusieron de acuerdo pero cascadas eran, y varias. La idea era ir allá a pasar el día y partir para Cachi.
Como de costumbre, salimos tarde, a todo esto se sumaron dos compañeros más de viaje, el músico y el barrilete. Los conocimos mientras desayunabamos en el hostel. Así que arrancamos todos pal río, (nosotros, las chicas y los del desayuno) y a escalar, cosa que ninguno sabía. Hay que subir el cerro, en el cual no hay caminos marcados, la mayoría angostos y varios empinados, llenos de piedras, bordes de precipicios y cruzar arroyos.
Obviamente, llevar zapatillas, de ser posible alguna buena, porque sin zapatillas ez impozible hacerlo. Igual se van a  mojar las zapas, porque tenes que pasar por arroyos y por mas que lo pienses demasiado, no hay otra manera de pasar. Llevar agua y de hacerlo al mediodía, algo para comer. En especial si hace calor.
Cuesta y es complicado, pero vale la pena.
Nosotros tardamos 6 horas, en total, en subir y bajar porque descansábamos mucho y al ser varios esperábamos a quienes se/nos quedabamos atrás jejejeje. Sino es un recorrido de 3 o 4 horas.
Nuestro guía,(se puede llegar a complicar bastante si no se hace con guía o con alguien que sepa, porque no hay nada señalizado y no te das idea por donde ir, es mejor hacerlo con algún guía) un chico de 16 años, a quien llamamos "El niño cabra" porque se mandaba por lugares bastante peligrosos, así como si nada. Si cualquiera de nosotros lo intentábamos, seguro nos matábamos.
Es bastante complicado, pero vale muchisimo la pena.
El lugar es hermoso y cuando llegas a la última cascada es como estar en un paraíso, es hermoso. Lugar lleno de paz y tranquilidad. El agua esta helada, pero sigue siendo hermoso. Y si vas con un buen grupo, como nosotros, jajaja te re divertis.
Bajamos cansadisimos, con los pies congelados y cagados de hambre (nosotros no habíamos llevado para comer). Mientras que paveabamos y esperábamos a que venga la camioneta para volver, nos clavamos una tortilla rellena de queso de cabra, bah unas cuantas.
Ese día nos íbamos a ir directo para Cachi, pero salimos tan tarde y tan cansados que nos quedamos otro día más. De suerte todavía no se habían ocupado los lugares que se suponía habíamos dejado libre en el hostel.
Esa noche llovió, así que dudábamos de ir a Cachi, en si, hay que ir hasta Angastaco y de ahí algo a Cachi, pero cuando llueve nos dijeron que se complica el camino. Así que con la Limona decidimos ir directo a Tilcara, pero no teníamos nada directo. Teníamos que ir hasta Salta Capital y de ahí otra cosa. Los bepis decidieron ir a Purmamarca, pero como todos teníamos que ir hasta Salta viajamos juntos. El músico, barrilete y las chicas, fueron todos juntos a la Quebrada y después a Salta. Pero ninguno quería pasar la noche ahí.
Como teníamos tiempo, la limona me acompaño a cortarme el pelo. Cada tanto me agarran esos rayes de que me molesta el pelo y me agarro ahí jajaa y después nos fuimos a almorzar. Probamos empanadas de matambre, un espectáculo y yo probé tamal, que también me encanto. Increíble lo barato que se come.
Comimos y fuimos a buscar los bolsos al hostel, de ida para la terminal, paramos para comprar helado de vino Torrontés, no nos podíamos ir sin probarlo. Tuvimos que comprar medio kilo, porque no tenían potes de 1/4. Y encima ninguno quería ¡Cagones! Así que quedo derritiéndose todo el viaje hasta Salta mientras nosotros le decíamos chau a Cafayate y cantabamos "Alza las manos si te gusta Cafayate... oh oh". 
Y si, alzamos mucho las manos. 


Ruinas de Quilmes 




Quebrada de las Conchas











Rio Colorado







No hay comentarios:

Publicar un comentario