Lo malo es no intentarlo nunca mas: Capítulo 6

Lo que viví en Humahuaca es inolvidable, no sabría explicar lo que me generó, todo lo que me hizo sentir. Realmente estabamos en Otro Mundo, pero a pesar de eso era como estar en casa. Mejor dicho en un lugar propio, que era ahí donde debía estar. Y no quería partir. No se bien porque, pero así fue.

Salímos tipo 16:30 de Purmamarca, en un supuesto micro directo a Humahuaca pero para variar no era directo, hacía parada en Tilcara y de ahí otro micro.
Igual hicimos bien en seguir de largo y no parar en Tilcara, porque era finde y estaba todo lleno, de suerte los bepis consiguieron lugar, pero les arrancaron la cabeza.
Para la Limona y para mí el viaje fué muy emotivo cada una estaba en la suya con sus auriculares, pero nos mirábamos y nos entendíamos. De la misma manera que nos solía pasar cuando nos encontrábamos en algún pogo. De ahí me quedo lo que para mí fue la frase del viaje y que se convirtió casi en un estilo de vida "La adrenalina quiero vivirla de este modo".
Las dos lagrimeando, admirando el más bello paisaje que, hasta ese momento ninguna había tenido la oportunidad de conocer.
Llegamos y fuimos directo a lo de Miguel, un hostel que nos recomendaron una chicas en Purmamarca. Hostel "Otro Mundo" y realmente era otro mundo. Miguel un copado. De suerte quedaban los últimos 6 lugares, el decía que teníamos los astros alineados. Nos acomodamos y a mi se me rompió el Branca de la Limona, ups... La ofrenda a la Pachamama jajaja.
Después nos dio un mapita y nos marco, super, farmacia, panadería,etc. y nos dijo que esa noche íbamos a ir a la peña de Ricardo Vilca, que tocaba la banda. El niño músico y yo estábamos muy entusiasmados. Escuchar Guanuqueando fue como un hito en Humahuaca, a Miguel le fascina y todas las mañanas escuchamos las diferentes versiones que tiene, que son como 45 jajaja
Esa noche hicimos fideos comunitarios, con todos los del hostel de ahí salimos para lo de Vilca. Estubo buenisimo, los flacos muy buena onda, la pasamos genial, me encanto. Nuestra caras de feliz cumpleaños eran geniales. Después partimos para "Aisito" un bar, peña, había una banda tocando, muy copada, nos bailamos todo, impulsados por el niño músico que estaba sacadísimo, como un niño y nos contagió su emoción.
Ni bien entramos nos encontramos con los chicos de la banda.
A las 4 se terminó lo que se daba y nosotros estamos muy despabilados y con ganas de seguir de joda, así que partimos para el monumento al Indio, a guitarrear todos juntos. Fue una noche increíble, la pase genial.
Al otro día nos levantamos tipo el mediodía, descansamos bastante jajaja
Estaba la Fiesta de la cabra, en Chorrillos, comida, peña, baile, música, gente divina, de todo...
En el hostel justo quedaban 4 lugares, ideales para los bepis que llegaban ese día. Y esa noche nos fuimos todos para El Indio a joder, tener frío, joder, debatir boludeses y delirar un poco jajaja.
Al otro día ¡Asado para todos! Fue muy bueno y estubo muy bueno. Miguel y otro señor, que no recuerdo el nombre lo prepararon. Comimos excelente, quedamos pipon pipon y con los astros y la Pacha de nuestro lado conseguimos quien nos lleve al Cerro de los 11 Colores (Mirador del Hornocal).
En el camino nos agarro una lluviesita pasajera, lo malo es que 4 íbamos adentro y otros 5 en la parte de atrás de una camioneta. Llegamos y estaba todo nublado y había muchísimo viento pero igual era hermoso, seguro que con sol mucho mejor, pero fue majestuoso igual, esos colores, las formas, impactante, a pesar del viento y el frío no me quería ir.
Se estaba por largar, así que estuvimos un rato y nos volvimos. Y efectivamente nos agarro la lluvia y algunos minis granizos. La Limona y yo en la parte de atrás nos la pasamos cantando y admirando lo increíble de ese lugar... algún refugio habrá, para ocultarme de esta feroz tormenta...
Llegamos, todos empapados y con frío, algunos, merendamos, otros siestaron y otros se bañaban jajaja.
Al rato cayó uno de los bepis, se había apunado, lo cuidamos y le hicimos el aguante porque estaba muy aburrido en la cama jajaja.
Un nuevo día nos esperaba, yo me levante temprano, estaban todos torrando, me fui a la terminal a ver si conseguía pasaje para Iruya y sí, lo conseguí, volví y avisé que en unos minutos partíamos. Ahí nos separamos de el niño músico que se fue para Yavi.
Nos despedimos de Miguel, de Otro Mundo, del Indio y partimos al destino más esperado y deseado por todos, Iruya...

Humahuaca